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El estudio de una muestra relativamente numerosa, según se ha expuesto, ha permitido estimar la metrología y el volumen de la emisión, valorando la rareza relativa de los diferentes emperadores restituidos, evidenciando su desequilibrio en origen y la ausencia de otra selección que la tafonómica.
Una información no estadística, que se ha obtenido del estudio de las
imágenes monetales, es la que ha permitido la construcción del árbol de
enlaces de cuños. Dato que permite vislumbrar una continuidad en la
producción que nos ha llevado a atribuirla a una sola oficina de la
ceca, de forma coherente con la cronología propuesta y las estimaciones
de producción y consumo de cuños.
Con el estudio de los híbridos y el análisis de los tesoros tenemos
situado el intervalo de producción de estas monedas, confirmando lo que
anticiparon los argumentos estilísticos e historicistas, que situaban su
inicio en el reinado de Trajano Decio y reforzando la evidencia de su
continuidad en el mandato siguiente de Treboniano Galo y Volusiano,
cuyos híbridos están encadenados con diversas piezas de la muestra.
La iniciativa de la producción de la serie de los Divi corresponde por
tanto al reinado de Trajano Decio, debiendo relacionarse conceptualmente
con la celebración del milenario de Roma y la voluntad del imperio de
recuperar un prestigio que garantizó una estabilidad política, social,
económica y religiosa que el imperio parecía haber perdido.
A pocas semanas de empezar el reinado de Trajano Decio se ordena la
conocida y extensiva persecución a los cristianos, quedan claras las
líneas que marcarán su política interior. Parece que tomar el nombre del
emperador que llevó el imperio a su máxima extensión, y emular su culto
a la tradición a través de la propaganda que difunden las monedas,
formaban parte de sus objetivos. Pero el contexto general fue un factor,
determinante de la brevedad de su reinado, que truncará todos sus
esfuerzos por establecer un paralelismo entre dos momentos del imperio
separados por un siglo y medio.